jueves, 7 de febrero de 2008

Febrero en El Cajón Te Ve

El 2008 comienza con excelentes noticias

En FEBRERO

. Iniciamos la Investigación 2012: Prospectivas de la Televisión de Interés Público, Social, Educativo y Cultural de Medellín. Mediante la encuesta a 1000 televidentes, la elaboración de observaciones encubiertas, entrevistas semiestructuradas a representantes de la televisión y la construcción de un panel de expertos, elaboraremos los escenarios de futuro a los que se ve abocada nuestra televisión, y estableceremos las pautas que permitan tomar decisiones acertadas en pro de su mejoramiento y acercamiento a la audiencia.

. El 21 de febrero, a las 5:30 p.m., reinicia sesiones el Grupo de Discusión sobre Televisión, los jueves cada 15 días en el Teatro del Águila Descalza. Para este primer semestre abordaremos temas como La imagen de la televisión local, El televidente qué, El papel del Interventor, La Televisión Digital, entre otros. La entrada es libre para todos los interesados.

En MAYO

. El Cajón Te Ve participará en el IV Congreso sobre Investigación Cualitativa de la Universidad de Illinois, en Urbana Champaign (http://www.icqi.org) con su ponencia Ética en los estudios sobre televisión de Interés Público, Social, Educativo y Cultural en Medellín. Luego de revisar una extensa bibliografía sobre estudios de televisión en Medellín, encontramos, entre otras cosas, que el ánimo investigativo se ha reducido a la validación de discursos institucionales y no al real y profundo análisis de los gustos de la audiencia, la relevancia de la televisión de producción local y la pertinencia de los formatos y contenidos de la misma.


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El Cajón Te Ve, es un grupo interdisciplinario conformado por Alejandra Castaño Echeverri y Mauricio Velásquez Hurtado (profesores del pregrado en Periodismo de la Universidad de Antioquia y del pregrado de Comunicación Social Periodismo de la Corporación Universitaria Lasallista, respectivamente) y ha venido trabajando de manera independiente en la búsqueda de una conciencia de los usos televisivos desde la esfera pública. Su experiencia profesional se deriva del trabajo de catorce años como productores, realizadores y creativos de productos audiovisuales para la televisión de servicio publico así como para la empresa privada.

En esos años, la pregunta que siempre ha asistido a la elaboración de cada propuesta audiovisual es ¿qué es la audiencia? entendiéndola como ese entramado donde hemos incluido por igual espectadores, consumidores y ciudadanos, así como ¿cuál es entonces la pertinencia de las narrativas audiovisuales que se le proponen?

A partir de esas dos premisas El Cajón Te Ve comienza a elaborar inquietudes frente a qué tan interesada está esa audiencia local frente a la oferta televisiva, si realmente sus necesidades recreativas, educativas y culturales están siendo satisfechas por la misma, o, incluso, si existe por parte de la audiencia un interés particular hacia la oferta televisiva local.

Dicho contexto debe suponer una construcción sólida de interacción ciudadana con la televisión, pues gran parte de los proyectos audiovisuales hacen parte de presupuestos públicos cuya finalidad debería ser la generación de procesos sociales y culturales exitosos y verificables en el tiempo.

El televidente de Medellín está subsidiando una televisión que no está viendo. Que la consuma, la disfrute y le sea útil para sus interacciones diarias son las premisas de trabajo de El Cajón Te Ve.

Conoce más de El Cajón en : http://elcajonteve.blogspot.com/

Medellín, 1° de febrero de 2008.


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2008TV

Periódico La Hoja

www.lahoja.com.co

Sección opinión



Mi mamá me recibió una noche del pasado diciembre con una retahíla; habiendo leído un artículo en un semanario capitalino, renegaba por la “mala” televisión de Colombia y se peguntaba cómo era posible que pusieran el “rating” por encima de la “calidad”. Acto seguido, se veía Nuevo Rico Nuevo Pobre. Su acción resume en parte la compleja trama de la televisión y su instalación en las televidencias. Mi madre había tomado partido por lo que señalan por ahí como “cultural y educativo”, alterada, repetía el discurso del artículo frente al deber ser de lo público en la TV. (ese que dice “el televidente debe ser más ciudadano y menos consumidor”) y después, sin embargo, de una manera casual y emotiva se veía una novela. Contradicción enteramente natural.

Hace diez años, Colombia pasó de una economía mixta en su oferta televisiva a una industria dividida entre los bienes de dos grupos financieros y el patrimonio del país. Aunque a la luz de la CNTV* ambas televisiones siguen siendo públicas, algunos las han llamado “públicas” y “privadas”. Si me permiten, yo prefiero ponerme en otro lado: ¡televisión colombiana!

Mi razón es muy simple, cuando se es televidente se establece una relación con el aparato receptor de manera desprevenida y espontánea, no porque seamos comunes o corrientes, sino porque vemos T E L E V I S I Ó N; así, a secas.

De cualquier manera, como la televisión “buena” en este país es la “pública”, aquí están mis pedidos como “ciudadano” para que siga por el camino de la “inteligencia”:

  • Que se preocupe más por crear modelos de gestión en la administración de sus recursos y menos por hablar mal de la “otra” televisión.
  • Que deje tranquilos a García Canclini y a Martín-Barbero, el maniqueísmo de consumo y ciudadanía está desorientando a los estudiantes sociales y estereotipando a los televidentes sin generar una verdadera conciencia reflexiva en ellos.
  • Que deje de perpetuar fórmulas que piensan por el televidente y no en el televidente. Que sus interventores dejen su desatinada y maliciosa clarividencia.
  • Que diserte la diferencia entre lo institucional y lo público.
  • Que vuelva a narrar audiovisualmente y deje de “locutar collages”.
  • Que promocione sus productos para que sean vistos. (verá que de carambola también le funciona esa cosa del “rating”).
  • Que deje los discursos retóricos, la realidad manifiesta es que el televidente le ha dado la espalda.
  • Que compita con calidad y no con los sofismas que desnudan su incompetencia. Que no sea pusilánime y encima arrogante.
  • Que recuerde que el televidente está pagando como contribuyente una televisión que no ve. Y
  • Que sus investigaciones de audiencias sirvan para otorgar herramientas a los realizadores y no para concluir sospechosamente que todo está muy bien.

* Comisión Nacional de Televisión. Ley Integral. Artículo 21, inciso A de la ley 182 de 1995.



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Cambios de Piel

Cuando usted llegue a estas líneas la suerte política de nuestro terruño estará echada. Lo mismo ocurrirá con la televisión pública.

Quizás usted pertenece a ese 50% de colombianos que posee servicio de TV por suscripción, 6´825.000 personas viajando por el universo de ofertas televisivas. La penetración de la televisión pagada (sólo somos superados en Latinoamérica por Argentina con un 69%) es una de las razones en la disminución de audiencia de la televisión pública. Entre 1999 y 2005 bajó en un 54,4%. Hay otra razón, la principal:

No contamos con un Proyecto de Políticas de Televisión Pública sino con una Televisión Pública de Proyectos Políticos.

El síntoma: cada cierto tiempo (por lo general tres años) la pantalla pública cambia radicalmente. Por algunos meses, extrañamente, comenzamos a ver añejos especiales y descoloridos conciertos; repeticiones de programas en estudio que algún día vimos en vivo, muchos especiales del Japón y, dependiendo de las nuevas gerencias, nada que refleje las ideas de las anteriores. Lo anterior ocurre en los canales mientras se ratifican puestos o se hacen las llamadas a los amigos que andan sin trabajo o en otros menos decorosos. Superado este primer lapso de esterilidad visual, mágicamente aparecen los nuevos programas… ¡de gobierno! En su más estricta literalidad.

Dirán:

“¿el televidente? ¡Ah, sí!

…Claro a él lo vamos a informar con objetividad sobre:

Los proyectos de tal secretaría, los aciertos de tal otra, las investigaciones de tal instituto, los pormenores de aquel otro, las razones de fondo por las cuales el alcalde o el gobernador tal cosa, o, los motivos por los cuales el concejo o la asamblea tal otra.

Todo en un marco de representatividad que convoque su opinión y su construcción ciudadana y cultural.”

Podrá decir usted, amigo televidente-lector, con razón, que no todos los programas trabajan en la seudo promoción de las administraciones, pero lo cierto es que la televisión pública en el país es un presupuesto ejecutado que pocas veces mide su impacto en términos de pertinencia y relevancia para con las necesidades reales del televidente. A propósito, la reciente investigación desarrollada por la U. de A. Calidad y pertinencia de los programas de televisión de la Gobernación de Antioquia, puso en evidencia aquello que sabemos de sobra: una cosa es la semiótica de la información televisiva y otra el imaginario de sus audiencias. En castellano, que no siempre la autopromoción funciona.

Lo peor es que como ocurre en cada dependencia de gobierno, la TV de la nueva administración tratará de borrar lo que la TV de la anterior administración hizo.

Cuando usted llegue a estas líneas, la suerte estará echada y seguiremos subsidiando una televisión que no vemos. Aun así, nos llaman escépticos.

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